El Cambio Climático, producido por el calentamiento global, está afectando al desarrollo del ciclo madurativo de la uva. Las zonas de vinificación de mayor prestigio se están enfrentando a aumentos de temperaturas que hacen que las uvas maduren muy rápidamente, antes de que los aromas se desarrollen plenamente.
La sincronización del momento clave en el que se consigue el pico ideal de aromas y el equilibrio entre azúcares y ácidos, que se produce en torno a los 4 meses, se ha descompasado. Como consecuencia de este ciclo madurativo alterado por las condiciones más cálidas nos enfrentamos a una pérdida de aromas en nuestras uvas, o a un cambio en sus perfiles, a la vez que se produce un aumento en los niveles de azúcares, que se traduce en vinos más alcohólicos, y un descenso en los ácidos.
Esta situación afecta a todos los vinos pero de forma más notable a los que se desarrollan en climas cálidos, como los españoles e italianos. Del mismo modo esta situación ha beneficiado a los viñedos más fríos, al menos temporalmente, aunque con el tiempo podría dejar a sus variedades también fuera de la ventana de sincronización aromas/azúcares-acidez.
